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Asia

El Budismo en Sri Lanka

Pilar Navarro 26 abril, 2019

Había escrito esta entrada de blog a finales de Marzo, sin embargo, no llegué a subirla, por falta de tiempo. Ahora me gustaría homenajear a las víctimas de este terrible atentado terrorista del pasado Domingo de Pascua, en la capital de Sri Lanka, Colombo. Lo que ha sucedido en este maravilloso país es una desgracia, como muchas de las que suceden en el mundo. Sin  embargo, os puedo asegurar que Sri Lanka es un país sorprendente lleno de gente buena y amabilisima. Hemos descubierto un paraiso, que nos ha ofrecido mucho más de lo que esperabamos y volveremos con más tiempo en cuanto nos sea posible. Sri Lanka merece la pena un viaje.

Marco Polo la definió como “la isla más bonita del mundo” y no puedo estar más de acuerdo. Acabamos de regresar de un viaje por el Océano Indico y Mar Arábigo y Sri Lanka ha sido uno de nuestros descubrimientos. He de decir que todos los puertos a los que llegamos en esta travesía han sido de una belleza y exuberancia sin igual, a la par que destinos culturales muy exóticos e interesantes. Si bien, este país tan particular, nos ha cautivado, y creo que en gran parte se debe al budismo y la filosofía de vida de los cingaleses. Cuando en una sociedad el modelo a seguir propone un trabajo interior, de autoconocimiento y reflexión, a través de la meditación, refleja una bondad y sabiduría en sus gentes sin igual.

El camino interior hacia el autoconocimiento y la conciencia de uno mismo, en esa dualidad del yo personaje y del yo esencia o alma, me ha despertado muchísima curiosidad desde siempre. Por eso el budismo, que invita a esa mirada interior a través de la práctica de la meditación, resulta una filosofía de vida que me suscita mucho interés.

El budismo llegó a Sri Lanka en el siglo II y hoy en día la mayoría de los esrilanqueses son budistas. La percepción que se tiene del budismo es la de un modo de vida sencillo y reflexivo. La persona que lo practica busca liberarse del sufrimiento que le causa su propia existencia y transformarse en una nueva persona llena de paz, sabiduría y bienestar. Gracias al budismo las personas desarrollan cualidades como la bondad, la paciencia o el desapego, lo que hace que la sociedad local viva en paz, y esto se respira en el ambiente, allá donde vayas.

Durante nuestra estancia en la isla, recorrimos muchos templos budistas en la ciudad de Colombo, la capital de Sri Lanka. Uno de ellos fue el antiguo templo de Bellanwila Rajamaha Vihara que se considera tan sagrado que existe la antigua creencia de que nada irá mal si se desea bajo la sombra del árbol de Bodhi. El árbol de Bodhi o ficus religioso, es el árbol bajo el cual el Buda histórico alcanzó la iluminación. La santidad del templo se debe precisamente a este árbol, que parece ser, es uno de los treinta y dos arbolitos que surgieron del árbol sagrado Bo en Anuradhapura plantado en el siglo III a. C, según evidencia literaria. ​

Los cingaleses suelen ir al templo a hacer ofrendas o pedir algún deseo al Buda que está bajo el árbol sagrado. Le suelen llevar la flor de loto, que representa la completa purificación del cuerpo, la palabra y la mente; y también se ofrece incienso, velas, agua e incluso la comida favorita de uno.

Visitamos el templo el domingo primer día del año y día que tienen lugar las clases de las enseñanzas de Buda a niños y el templo estaba abarrotado de gente. En todas las visitas que realizamos a los templos budistas hay que descalzarse. Para los esrilanqueses, esto es normal ya que tienen costumbre de andar descalzos por las calles y los zapatos son considerados como algo sucio.

Es curioso ver que los cingaleses son muy meticulosos con las normas de respeto a Buda. Ya nos indicaron en alguna ocasión que no se puede dar la espalda a Buda y para retirarse hay que hacerlo caminando hacia atrás; tampoco se permite tocar a los monjes. En zonas públicas está prohibido fumar y beber alcohol, para no molestar a Buda.

Otro de los templos que visitamos fue el de Gangaramaya, uno de los más antiguos de Colombo, construido a finales del siglo XIX por el monje Hikkaduwe Sri Sumangala Nayaka Thera, y que se convirtió en un importante centro de estudios. Cuenta con el árbol Bo, un hijo de la higuera bajo la cual Buda alcanzó la iluminación. A unas decenas de metros se encuentra el templo de Seema Malaka, construido sobre el agua junto al lago Beira, que merece la pena visitar por su belleza y serenidad.

El budismo se originó en la India entre los siglos VI y IV a. C., y se extendió rápidamente a gran parte de Asia. Su figura principal es Siddhartha Gautama, un príncipe que nació en la India, muy cerca de lo que hoy es Nepal, y que renunció a sus privilegios cuando entró en contacto con el dolor y la muerte. Esto le impulsó a investigar sobre el sufrimiento de la vida, y sentado a meditar bajo el árbol de Bodhi alcanzó la “Suprema Iluminación”.

Después de su muerte, sus enseñanzas fueron recogidas en concilios, donde los monjes recitaban los sermones tal y como recordaban haberlos oídos. La lengua era el pali, la misma que utilizó Buda y en la que han conservado los textos budistas más antiguos que constituyen el canon de la tradición Theravada (doctrina de los ancianos). El budismo Theravada ha existido sin interrupción en Sri Lanka desde el siglo III a.C. hasta el día de hoy. La otra rama del budismo es Mahāyāna (El Gran Camino).

El budismo propone un cambio de visión, del exterior al interior comenzando con la “toma de refugio”, es decir, los elementos donde refugiarse o apoyarse para avanzar en la práctica hacia la iluminación. Con la toma de refugio manifestamos que dejamos de buscar refugio en la pareja, en la familia, en los amigos, en los hijos, en el éxito, en las posesiones o las adicciones y tomamos refugio en la búsqueda del amor, la bondad y la compasión. Para los budistas, el verdadero refugio está en el interior de uno mismo y esto nos hace tremendamente poderosos, porque no hay nada exterior que deba condicionar, nuestro poder está dentro.

Observar a la gente local, tan sonriente y sencilla me hizo reflexionar mucho. En Sri Lanka se vive sin robos ni violencia, por regla general, porque el principal fundamento del budismo es no hacer daño, evitar cualquier acción que pueda ocasionar daños hacia uno mismo o hacia otros. Cuando nos volvemos más sabios, podemos entender qué acciones son propensas a causar sufrimiento o remordimiento y así evitarlas.

Sri Lanka nos ha encantado. Ésta breve visita ha sido motivo suficiente para que pronto planifiquemos un viaje más largo por esa maravillosa isla. Desde luego podemos decir que en Sri Lanka encontramos mucho más de lo que esperábamos. Ahí os dejo otro mágico “bon motif” para vuestros próximos viajes.

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